Cuando salió el sol el martes, el 2 de septiembre, Shane Schieffer se metió al agua del Lago Powell en el puente Hite Crossing al sur de Utah.
Diez días después, si todo sale bien, Schieffer saldrá del embalse a 140 millas al suroeste hasta donde llega el Lago Powell en la presa Glen Canyon.
Si alcanza su objetivo, el residente de Aspen, Colorado llegará a ser la primera persona en nadar esa distancia en el segundo embalse más grande del país.
No va a ser la primera persona en lanzarse a un nado de resistencia en el Lago Powell. Sarah Thomas nadó más de 80 millas en un cruce de 56 horas sin descanso desde la zona Bullfrog a la zona Wahweap en 2016, rompiendo el récord mundial de la travesía más larga en aguas abiertas sin asistencia.
El nado de Schieffer no va a cumplir con las normas oficiales puestas por la Federación de Nadadores de Maratón; en lugar, dijo que “se lanzó a una aventura grande y larga.”
Schieffer nadaba en la escuela preparatoria, pero antes de prepararse para este nado, dijo que no había nadado regularmente por 18 años. Su idea de nadar la extensión del Lago Powell empezó por capricho mientras hacía kayak en el mar con sus amigos.
“Hubo un grupo pequeño de nosotros, y uno de los miembros dijo, ‘¿Te imaginas atravesar todo esto en uno de estos kayaks de mar?’” dijo él. “Y mi respuesta fue, ‘Creo que lo más chévere sería nadar por aquí.’ Fue una respuesta sin mucho cuidado, pero creo que sembró una semilla.”
Para prepararse para el nado, Schieffer usó una máquina de escalar de pie para trabajar los brazos y hombros.
Después fue a la alberca.
“Me fui a nadar 10 horas en una piscina de 25 yardas,” dijo él. “Hice 1,250 giros de volteo en 10 horas en mi alberca local – 17.5 millas.”
Ya pasó la hora para que Schieffer saliera al agua abierta. Planea nadar 10 horas cada día, parando a dormir en la noche o si se pone arriesgado.
Durante el recorrido lleva un paddleboard de pie amarrado a su cintura y cargado con 215 libras de equipaje, incluyendo una bolsa de dormir, un chaleco salvavidas por si hay emergencia y muchas botanas.
También irá acompañado por alguien más para estar seguro, que irá en una balsa inflable con un motor eléctrico.
Schieffer dijo que esta aventura significa “muchas cosas por primera vez,” pero está seguro de que su experiencia en lugares alejados. Dijo que está emocionado por ver hasta dónde puede llegar.
“Ya que casi cumplo 50, me di cuenta que nunca me había tomado el tiempo para hacer algo tan grande,” dijo él. “Y creo que, la verdad, ese es ‘mi motivo.’ Es mi chance de regresar a lo que me llena de energía y me hace bien.”
Schieffer está documentando su nado en las redes sociales.
Artículo traducido por Jonás Wright.