
Esta cobertura es parte de una serie especial, Cumbia across Latin America, un reportaje visual en seis países documentado durante varios años, que abarca seis países y cubre a las personas, lugares y culturas que mantienen vivo este género musical.
Marcel Campos, vocalista de Spaghetti Cumbia, habla a menudo de estar atrapado entre dos culturas: no es suficientemente mexicano ni estadounidense. "Ni de aquí, ni de allá". El sonido Spaghetti nació de la fusión de estas dos culturas. Los miembros de la banda tienen profundos vínculos con sus raíces mexicanas. Crecieron escuchando música latina en sus casas y en fiestas familiares en Boyle Heights y en East L.A. Paulo Paredones, el bajista, recuerda que le gritaba a su padre que bajara el volumen de la cumbia. Al crecer en Los Ángeles, también se vieron muy influenciados por el rock clásico, el punk rock y el hip hop. El grupo creó su propio estilo, mezclando cumbia con todas sus influencias y añadiendo un sonido de spaghetti western.



A principios del siglo XX, las tierras al este del río Los Ángeles se convirtieron en destino de inmigrantes. Hoy en día, East L.A. y Boyle Heights son ambos 95 % latinos, y el condado de Los Ángeles tiene la mayor población latina de Estados Unidos.




Los miembros de la banda eran adolescentes en los años 90, cuando la violencia de las pandillas estaba en su punto más alto en el este de la ciudad. Pedro Zapata, o Pedro Pistolas, uno de los guitarristas y vocalistas del grupo, recuerda que más de la mitad de sus amigos se unían a pandillas. Como algunos de los otros miembros de la banda, él también sintió la tentación de seguir ese camino. Al mirar atrás, dicen que están agradecidos de no haberlo hecho. Muchos de sus amigos fueron asesinados en las calles o pasaron el resto de sus vidas en prisión. Su amor por la música quizá los salvó, al conectarlos con otro tipo de gente. Entre los ensayos y las grabaciones en el estudio, no quedaba tiempo para pasar en las calles.



Aunque quisieran dedicar toda su energía a la banda, todos tienen otro trabajo. Campos trabaja en Costco y hace entregas para Instacart, a veces durmiendo solo unas horas. El costo de vida en California le exige más horas de trabajo para mantener a su familia. A medida que la banda toca en locales más grandes, los ingresos extra le ayudan a llegar a fin de mes.



Spaghetti se formó hace nueve años y comenzó tocando en un pequeño bar de mezcal en el centro de Los Ángeles, llamado Las Perlas. Antes de cada presentación, Campos o Paredones encendían un palo santo para limpiar el espacio de cualquier energía negativa. El lugar se llenaba rápidamente y la banda se instalaba directamente en la pista de baile, tocando para un público latino. Bajo las luces rojas y tenues, la audiencia y la banda se fundían en un mar de sonidos.
Paredones marcaba líneas de bajo cumbieras mientras Adolfo Mercado, a quien muchos comparan con Animal de The Muppets, desataba su energía en la batería. Con sus guitarras inalámbricas, Bobby Guerrero, también conocido como El Gallo, y Zapata se abrían paso entre la multitud tocando riffs psicodélicos. Campos, influenciado por el punk rock, se arrancaba la camiseta y entregaba toda su energía al espectáculo. El público bailaba, gritaba y dejaba escapar el estrés del día a día.



Esta cobertura se realizó con el apoyo del programa de Explorers de National Geographic Society.
Iván Kashinsky es fotoperiodista radicado en Los Ángeles, California. Puedes ver más de su trabajo en su sitio web, ivankphoto.com , o en Instagram en @ivankphoto
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